El Ayuntamiento de Camargo promueve la donación y el intercambio entre particulares de enseres y ropa para bebés a través del programa COM-PARTO, una iniciativa pionera en Cantabria puesta en marcha por el equipo de Gobierno de Angel Duque con el fin de ayudar a familias necesitadas del municipio, además de fomentar la solidaridad y el consumo sostenible.

La concejala de Servicios Sociales e Igualdad y Participación Ciudadana, Jennifer Gómez, ha hecho un llamamiento a las familias de Camargo y de toda la región a colaborar en esta causa en la que el Ayuntamiento se presta a ejercer de mediador para poner en contacto a familias donantes con familias demandantes a través del Departamento de Servicios Sociales, sito en la Casa Altamira (942 25 09 14). El intercambio entre particulares puede incluir desde enseres para recién nacidos a todo tipo de materiales materno-infantiles como coches, sillas, cunas, tronas, moisés, ropa, y otros... 

La concejala ha explicado que ahora mismo hay varias mujeres en estado de gestación que no disponen de medios para poder hacer frente a enseres básicos para sus bebés. Enseres "bastante costosos -ha recordado-, que no siempre están al alcance de todas las familias, especialmente en los momentos de crisis que vivimos".

Bajo el lema "Tú necesitas, yo te doy", COM-PARTO surgió de la necesidad detectada a través de los profesionales sanitarios del centro de salud José Barros de Muriedas, de poner en contacto a familias que precisaban de estos enseres con motivo de la llegada de un recién nacido, con las que ya no los necesitan y los tienen en buen estado debido a que se emplean durante un corto espacio de tiempo.

La concejala de Servicios Sociales ha resaltado los beneficios de este programa de intercambio tanto para las personas demandantes como para las donantes. A las primeras les puede ser útil para aminorar el importante desembolso al que hay que hacer frente, cuando se tiene el primer hijo, para comprar la cuna, la silla y todos los elementos y accesorios necesarios para la atención del bebé.

Muchos de esos enseres se usan durante un espacio de tiempo relativamente corto y siguen en perfecto estado tras su utilización. Cuando los niños se van haciendo mayores y toca retirar la silla o la cuna, todos estos materiales que además ocupan mucho espacio, se van convirtiendo en un estorbo y pese a su buen estado, muchas veces acaban en la basura por falta de espacio y por no tener a quién dárselo.

La concejala destacó que este programa de intercambio de material materno-infantil "puede servir de gran ayuda a más de una familia, especialmente en momentos delicados como los que estamos atravesando, en los que la crisis se ceba con los más desfavorecidos". Añadió que al mismo tiempo, es una forma más de concienciar a la sociedad de la necesidad de apostar por un consumo razonable y sostenible.

En este sentido, afirmó que el intercambio es cada vez  una modalidad de consumo más frecuente en las sociedades de los países más desarrollados aunque no esté demasiado implantado en nuestra comunidad.